El sol enrojece el aire, cae la tarde.
Ojos fijos se miran contemplan con abstracción la serenidad del silencio. Pasear, caminarlo, rodearse de él.
Palmas unidas que las manos tocan. Aliento profundo, aire lleno de vida.
Te besaré bebiendo la humedad de tus labios con los míos, no te dejaré uno, ni uno solo sin sorber. Ebriedad de besos, afán correspondido aquí, así.
Ni el respirar, ni el latir, ni el pulso. Balbuceo de cuerpos sin edad sin género.
Abstracta sensación de silencio.
jueves, 29 de noviembre de 2007
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